domingo, 23 de junio de 2013

LA RESILIENCIA, REFLEXIONES ENTORNO A LA PERSONALIDAD RESISTENTE


"Deja de pensar en la vida y resuélvete a vivirla". Paul Coelho


¿Por qué hay personas que ante situaciones adversas, traumas y graves amenzas contra su salud, logran salir adelante y alcanzan el éxito pese a que todos los condicionantes apuntan hacia un desarrollo negativo?
La resiliencia es la capacidad de una persona o grupo para seguir proyectándose en el futuro a pesar de acontecimientos desestabilizadores, de condiciones de vida difíciles y de traumas a veces graves. 

Michael Rutter, un pionero del estudio de la resiliencia, la define como 'un fenómeno manifestado por personas que evolucionan favorablemente, habiendo sido víctimas de estrés que, para la población general, supondría un riesgo serio con consecuencias graves'. A la idea de resistencia a la destrucción se añade otro componente: la capacidad de construir una vida significativa, ser resiliente no significa simplemente rebotar, sino crecer hacia algo nuevo.




Frente a las limitaciones que nos hacen vernos como sujetos pasivos y reactivos, en la que somos considerados meras víctimas de los cambios que acontecen en nuestro entorno, Susanne Kobasa y Salvatore Maddi proponen el concepto de hardiness o personalidad resistente, apostando por interpretaciones más optimistas del funcionamiento humano.

El concepto de personalidad resistente se desarrolla a través del estudio de aquellas personas que ante hechos vitales negativos parecen tener unas características de personalidad que les protegen. Así, se ha establecido que las personas resistentes tienen un gran sentido del compromiso, una fuerte sensación de control sobre los acontecimientos y están más abiertos a los cambios en la vida, a la vez que tienden a interpretar las experiencias estresantes y dolorosas como una parte más de la existencia. Mientras que las personas no resistentes, mostrarían carencias en el sentido del compromiso y una tendencia a considerar el cambio como negativo y no deseado. 




La personalidad resistente se asocia con una tendencia a percibir los potenciales eventos traumáticos en términos menos amenazadores y sus efectos están mediados por mecanismos de evaluación del ambiente y por mecanismos de afrontamiento. De hecho, los componentes que se han venido considerando claves en la descripción de la personalidad resistente son tres conceptos claramente existencialistas: compromiso, control y reto.

Compromiso: Las personas con compromiso poseen tanto las habilidades como el deseo de enfrentarse exitosamente a situaciones de ansiedad. Esta cualidad contribuye a mitigar la amenaza percibida de cualquier estímulo estresante en un área específica de la vida.

Control: Las personas con control buscan explicaciones sobre el porqué de los acontecimientos tanto en las acciones de los demás como en su propia responsabilidad. Así, la capacidad de control permite al individuo percibir en muchos de los acontecimientos consecuencias predecibles debidas a su propia actividad, y en consecuencia, manejar los estímulos en su propio beneficio, siendo capaces de interpretar los acontecimientos problematicos e incorporarlos dentro de un plan personal de metas, transformándolos en algo consistente con el sistema de valores del organismo y no en perturbador.

Reto: Hace referencia a la creencia de que el cambio, frente a la estabilidad, es la característica habitual de la vida. Así, la mayor parte de la insatisfacción asociada a un evento estresante puede ser evitada al entender el evento como una oportunidad y un incentivo para el crecimiento personal, y no como una amenaza a la propia seguridad.

HE AMADO, HE REÍDO Y LLORADO.
TUVE MALAS EXPERIENCIAS, ME TOCÓ PERDER.
Y AHORA, QUE LAS LÁGRIMAS CEDEN,
ENCUENTRO TAN DIVERTIDO
PENSAR QUE HICE TODO ESO.
Y PERMÍTANME DECIR, SIN TIMIDEZ,
 YO SÍ LO HICE A MI MANERA´.


YES, IT WAS MY WAY.
 Frank Sinatra




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