miércoles, 6 de agosto de 2014

LOS MEDIOS Y LA POLÍTICA EN LA SOCIEDAD DEL ESPECTÁCULO.

¿Estamos preparados para el bombardeo de demagogia política y manipulación mediática al que a día de hoy estamos expuestos? ¿A qué tipo de técnicas o estrategias mediáticas obedecen los enfrentamientos políticos actuales? ¿Existe una clara intencionalidad por parte de los partidos políticos de izquierda y de derecha por polarizar el debate político?

Revisando en la actualidad los contenidos de los medios masivos de comunicación, nos encontramos con la realidad de que existe un sector que capitaliza el extremismo y la polarización de los discursos que tanto hacen uso los políticos de hoy. Es decir, se ha creado de esta realidad un espectáculo en donde abunda la demagogia, el desprestigio político, la infamia y las acusaciones con el objetivo de omitir el deber de informar a cambio de representar una realidad que conviene a intereses particulares de un sector especifico de poder.

Y es que Guy Debord en su libro La Sociedad del Espectáculo nos presenta una reflexión crítica sobre nuestra sociedad moderna, cabe decir que dicho libro fue publicado en el año 1967, y ya que fue un análisis visionario el que creó Debord con este obra, a día de hoy sus letras nos siguen guiando hacia la comprensión de una parte de la actual sociedad de la información y el conocimiento. En este caso aquella parte ligada a la representación de la realidad a través del espectáculo.

Según Debord la condición de nuestra vida social autentica se ha sustituido por una imagen representada, así mismo el autor extiende una crítica política ligada a la llamada “declinación del ser por tener y de tener en simplemente parecer” y es ahí en donde nuestros políticos y porque no decirlo nosotros mismos nos vemos reflejados. Todo este espectáculo se convierte en necesidad, una necesidad de abstraernos de la realidad, dado que tal cual es presentada esta misma, puede resultar infame, placentera, abstracta, efímera. En consecuencia debe alimentarse la sensación de inmediatez, nada puede perdurar, todo hace parte de una sociedad cambiante, incierta e individual, no hay tiempo ni ganas para reflexionar, tal como lo describe Zygmunt Bauman a través del concepto modernidad liquida. En este caso Debord expresaba “El espectáculo es la pesadilla de la sociedad moderna encadenada, que no expresa finalmente más que su deseo de dormir. El espectáculo es el guardián de este sopor”