La definición más cercana sobre creatividad diría que es la capacidad de crear, producir ideas,
cosas nuevas y con una profunda importancia. Así mismo se puede decir que es la
competencia con la que podemos llegar a tener inquietudes y reflexiones nuevas
que ayuden a crear contextos favorables para la resolución de problemas de una
forma original.
Para su desarrollo es
necesario comprender la relación multidimensional, integral que existe en la aparición
de esta misma. Sentimientos, emociones, acciones, percepciones, relaciones,
experiencia vital son factores determinantes que nos ayudan a comprender y
construir un significado no solamente ligado a la producción de ideas sino a la
interacción y continua relación con el cambio.
A día de hoy con la aparición
de términos como la innovación, se plantea el debate sobre la causalidad de las
ideas en diferentes contextos sociales. En el mundo de la educación social crítica
una idea no se liga a una perspectiva reduccionista de la originalidad. Se
necesitan contenidos que trasciendan como soluciones a las problemáticas
existentes, procesos creativos, democráticos, plurales en sinergia con la
diversidad, participativos y en relación directa con las necesidades sociales.
Según Ken Robinson existen
cuatro componentes primordiales de la creatividad.
1. El elemento, aquel territorio o disciplina donde contamos habilidad natural. Todos tenemos cosas que nos salen más fáciles y otras que se nos dan fatal.
1. El elemento, aquel territorio o disciplina donde contamos habilidad natural. Todos tenemos cosas que nos salen más fáciles y otras que se nos dan fatal.
2. La pasión. Es necesario encontrar para luego
interiorizar el gusto y la atracción por lo que hacemos.
3. Capacidad de control. Para ser creativo
hay que poder controlar en el tiempo los materiales y elementos que nos
interesan.
Y el cuarto y último secreto de la creatividad es el
hecho de que todos podemos ser creativos en ambientes adecuados y que
la posibilidad de ser creativos está al alcance de todos.